Entre el calostro y los cambios en los hábitos alimenticios de tu bebé tienes mucho qué aprender. Te presentamos algunos puntos esenciales que debes conocer en esta fase de la vida con tu pequeño. Esta es una invitación a que conozcas más sobre la leche materna.
Es la primera leche que se produce, y su duración está entre los dos y cinco días antes de que se empiece a producir la leche definitiva. Esta cubre las necesidades iniciales del recién nacido.
Es una sustancia rica en proteínas y anticuerpos (por ellos algunos lo definen “la primera vacuna”), de color variable (transparente, blanco, amarillo claro) y de consistencia viscosa. El calostro además facilita las primeras deposiciones del bebé (meconio).
Desde el cuarto hasta el décimo quinto día después del nacimiento de tu hijo, tu cuerpo producirá la leche de transición, posteriormente cambiará al perfil de la leche madura.
La composición de la leche se va adecuando a las necesidades del bebé, a medida que éste crece y se desarrolla. Permite una maduración progresiva del sistema digestivo, preparándolo para recibir oportunamente otros alimentos.
En ocasiones tu recién nacido cambiará sus propios ritmos de alimentación, pero no te preocupes, esto es normal. Por ejemplo, si muestra signos de hambre una hora después de comer, aliméntalo otra vez. A veces a ellos se les abre el apetito antes de tomar una siesta o después de ella. No creas que esto pasa porque tu leche no le está dando los suficientes nutrientes.
Recuerda que durante el día es recomendable que no pasen más de tres horas sin que alimentes a tu bebé, así esté dormido. Mientras él descansa aprovecha el tiempo para extraer el exceso de leche de tus senos.