Empieza una nueva etapa tanto para él como para ti, ya que su alimentación empezará a variar de manera significativa.
En esta fase los niños frenan su ritmo de crecimiento, pues si en los primeros 12 meses te diste cuenta cuan rápido crecía ahora será diferente, y así mismo cambiarán sus necesidades alimentarias ya que no necesitarán comer tanto como antes.
A partir de aquí, el niño querrá tener independencia por lo que notarás que mostrará motivación por comer solito y será una buena idea ponerle un babero y dejarlo que explore y coma su propio alimento. Además, uno de los cambios que se empiezan a ver desde el primer año es el crecimiento de sus dientes, por lo que querrá masticar los alimentos, así que hay que darle la libertad de hacerlo.
En esta etapa el intestino de nuestro hijo habrá madurado lo suficiente por lo que correrá menos riesgos de contraer alguna alergia a causa de los alimentos, intenta incluir en su dieta alimentos como la leche de vaca, esta también puede ser reemplazada por productos lácteos como el queso o el yogur entre otros, además puedes empezar a darle pescado y huevos y tratar en lo posible de evitar la sal, los condimentos y el azúcar en grandes cantidades.
Por otro lado, es importante incluir a nuestro niño a la hora de comer en la mesa, pues ellos imitan todo lo que ven, y al vernos comer y disfrutar de nuestros alimentos lograremos que él también lo haga. Así que empieza a disfrutar de esta nueva etapa y deja que tu hijo sea quien te muestre lo que le gusta, y verás como comer se vuelve divertido para ambos.