Educar sin castigos: Crianza de los hijos | Similac®
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Mucha gente dice que hay que tener mano dura con los hijos para que no tomen ventaja, que otras generaciones fueron criadas de una manera distinta y eso no les hizo ningún mal, o que si no se les castiga, los niños no aprenden. Pero seamos sinceros, ¿quieres vivir castigandolo? Seguramente no y está bien, pues no se trata de que tú ganes y tu hijo pierda, se trata de ganar juntos; por eso educar sin castigos es una gran alternativa.
Un niño que se porta mal y es castigado se vuelve un niño incomprendido. Su actitud está impulsada por algo que desconoces, pues es un ser humano con sentimientos y necesidades, no un ser malvado que busca hacer daño porque sí. Muchas veces sus comportamientos son imitados de los adultos o se dan porque está intentando llamar la atención. Corrígelo desde la comprensión, el cariño y el respeto.
Los padres que educan sin castigos:
Pregúntate si lo hizo con o sin culpa. Él aún no sabe qué está bien o mal, hace las cosas porque cree que puede y a veces falla en el intento. Explícale cómo no fallar a la próxima en vez de castigarlo.
Si finalmente lo ha hecho con culpa o mala intención, revisa qué lo llevó a actuar así. Si solucionas la causa de su comportamiento, que puede ser algo que lo está afectando, no tiene por qué repetirse.
Puede que le exijas más de lo que puede dar y no te des cuenta que no ha vivido lo mismo que otros niños o no tiene las mismas habilidades. Enséñale con paciencia, a veces se necesita más de un intento para aprender.
uando estás muy molesto(a) puedes lastimar a tu hijo, actuar injustamente y alejarlo emocionalmente. Tómate unos minutos para calmarte y hacerle entender con sabiduría que se ha portado mal.
En vez de buscar un castigo, relaciona la consecuencia con la falta, sólo así aprenderá de su error. Un castigo que no tenga que ver, no le enseñará qué hizo mal. Si ensució limpien juntos, si dañó reparen juntos; notará que en vez de hacerlo podría estar divirtiéndose.
Si antes no hiciste las cosas de la mejor manera con tu hijo, no te recrimines. Seguramente fue porque creías que hacías lo correcto. Haz borrón y cuenta nueva, y corrige a tu pequeño desde el amor.
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