Enfermedades Eruptivas: Cómo cuidar a tu niño | Similac®
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Adoptar hábitos en la casa te ayudará a evitar que los más pequeños se contagien de algunos virus.
Por temporadas, y a raíz de los cambios climáticos que se producen sin avisar, los bebés y los niños se ven afectados debido a la cantidad de virus o monstruos invisibles, y a que sus defensas no son las mismas que las que tiene un adulto.
Es importante llevar a cabo una exhaustiva investigación, y consultar con expertos, el cómo lograr prevenir que no solo en épocas de lluvias sino también en etapas de jardín –donde los niños están más expuestos a contraer enfermedades por el contacto con los demás-, se eliminen la mayor cantidad de posibilidades de ver a los chiquitos sufrir de influenza, y otros virus como el virus sincitial respiratorio, la varicela, y la gastroenteritis.
¿Cómo puedes hacerlo? Un punto clave, y tal vez, el más importante, es trabajar porque esos monstruos invisibles no invadan la casa. Cada uno de los miembros de tu familia debe adoptar hábitos saludables para no propagar los virus con los que se enfrentan a diario, y en ese sentido, lo más aconsejable es que eviten el contacto con personas que tengan gripa; se laven las manos cuando vayan al baño, estornuden, tosan, les cambien los pañales, toquen animales, y al final de la jornada apenas regresen a casa.
Por otro lado, y con la intención de prevenir, más no de aislar a los niños de la sociedad, es vital que a ellos también les enseñes a lavarse las manos para que lo hagan siempre antes de comer o después de haber estado en contacto con alguna persona. En segunda instancia, que los mantengas abrigados y cubiertos para ayudar a crear una barrera- en días soleados también necesitas estar pendiente de este tipo de medidas-; y en tercer lugar, que cuides su alimentación, ya que el 70 por ciento del sistema inmune se encuentra en sus barriguitas, por lo cual, es esencial que vigiles lo que consumen, y te asegures de proveerles todos los nutrientes necesarios a través de frutas y verduras en cada una de sus comidas. Además, debes saber que ahora existen alimentos que contienen HMO. Los HMO son un prebiótico que le permite a tu hijo fortalecer su sistema inmune, y tener una fácil digestión, consiguiendo barriguitas felices. Incluso, ya hay estudios que demuestran que los niños alimentados con HMO tienen una menor incidencia de contraer ciertas infecciones.
Dentro de los síntomas más comunes se encuentran: fiebre o sentirse acalorado, escalofríos, tos, dolor de garganta, dolores musculares, dolores de cabeza, nariz tapada, vómitos, diarrea, y algunas veces, cansancio.
El estado de esta enfermedad puede llegar a ser complicado dependiendo del cuidado y la atención que le des. Acude inmediatamente al médico, y sigue al pie de la letra las instrucciones que te sugiera para frenar este monstruo invisible, y evitar que se complique al desencadenarse en enfermedades más graves.
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